Uno de los proyectos que encabezamos con el productor musical Marcelo Louzau (Bam), realizamos como primer paso la búsqueda creativa de nombre/marca que representase todos nuestros ideales y gustos por lo que estábamos haciendo. Exitosamente lo habíamos conseguido, pero el trabajo no terminaba ahí, comenzaba lo más difícil, que ninguna empresa o individuo haya hecho registro de ella. Mediante la pertinente búsqueda en el mercado y entidades correspondientes (servicio que otorga Cassette 90) la marca estaba libre, y comenzamos el largo proceso de registro.

“Nada es tan fácil como parece”, el tramite posee diferentes etapas, una de ellas la Impugnación. Nos tocó defender la marca en varias oportunidades, haciendo todo tipo de escritos y presentaciones del material en curso. Finalmente continuó su proceso natural de año y medio hasta que felizmente la marca fue nuestra.

Tiempo después, empiezo a ver las calles de Buenos Aires empapeladas de publicidades con nuestra marca, alguien estaba utilizándola (La Empresa de entretenimiento más grande del mundo), carteles en la ciudad, spots televisivos, recitales y hasta una serie con próximo estreno. Acudo a mis representantes legales y ahí es donde comienza una nueva pelea con el gigante mundial.

Teniendo todo a favor, por realizar los registros correctamente y ser un derecho adquirido, la empresa no tuvo más elección que retirar el producto del mercado y resarcir por los daños ocasionados. También ocurrió un caso similar donde utilizaron mi imagen y diseño de marca con un evento fallido. Por este motivo es de suma importancia realizar con profesionales el resguardo de nuestros derechos.